lunes, 25 de julio de 2011

Vacunación Concenso Venezuela 2011

Julio César Alcubilla B.- twitter@editorglobal      mail: julio.c.alcubilla @gmail.com
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Las vacunas han sido víctimas de su propio éxito dentro de la población mundial, al ser muchas veces rechazadas por sus métodos de aplicación y la creencia popular de ser portadoras de efectos secundarios no deseados o de incluso contagiarnos del virus objeto de nuestra vacunación.


Las vacunas lejos de perjudicar a la sociedad mundial, han sido benefactoras en la prevención de múltiples enfermedades y definitivamente, no producen los riesgos de la enfermedad de la cual nos estamos previniendo. En éste siglo XXI podemos hablar de un crecimiento sostenido en el desarrollo de nuevas vacunas, no escapando en nuestro país de notables éxitos y logros en materia de vacunación nacional, en otros tiempos. Solo haría falta recordar al Hospital Ortopédico Infantil de Caracas, un ejemplo de nuestro país, en el que años tras años se aplicaron las vacunas contra la polio, logrando que ésta patología hoy por hoy no exista en Venezuela.

Sin embargo, muchos especialistas coinciden aún hoy en día, que ésta vacuna se debe seguir aplicando, hasta que ya no exista poliomielitis en el resto de Latinoamérica y ser erradicada en las comunidades de Asia y África. Igual suerte ha de perseguirse en enfermedades tan reconocibles como el sarampión, curiosamente actualmente en brote en el Japón, España y Francia, por lo que amerita que la OMS, tome nuevas medidas de recomendación para éstos países y un programa de vacunación emergente. Sobre todo si consideramos que estas enfermedades se repiten con los años.

A nivel mundial, el sarampión había sido erradicado hasta el año 1.995, cuando la vacunación se hizo aplicable en todas las naciones, alcanzando el 95%. En ese período, existían alrededor de veinte mil casos por año y entre 70 a 100 muertes. En el 2011, ya no hay muertes desde hace años por los efectos de la vacunación.

Un caso digno de reconocer por igual, de reciente data en el terreno del desarrollo de vacunas, lo constituye la Vacuna Conjugada del Pneumococo, es conjugada al permitir que el Pneumococo reaccione con los antígenos receptores, dando una respuesta farmacológica adecuada. Su principal ventaja radica en que la enfermedad del pneumococo se reduce en un 94% en niños, demostrando las pruebas por igual, que la población adulta cercana al niño vacunado, se beneficia. De forma tal, que tíos y abuelos, primos y familiares cercanos, por el efecto rebaño, les beneficia de manera indirecta. Por otro lado, para el año 2008 científicos suizos presentaron un estudio sobre 72 pacientes y aseguran los resultados de una vacuna para controlar la presión arterial. A las personas hipertensas les cuesta seguir un tratamiento estable, aunque existen en el mercado grandes opciones farmacológicas, por ello un grupo de científicos del laboratorio suizo Cytos Biotechnology, están llevando a cabo sus investigaciones durante más de cinco años, para lograr probarse una vacuna que aplicada dos o tres veces por año, controlaría la presión para que no exceda los parámetros normales: 12-8. Recientemente, la revista científica The Lancet publicó los resultados obtenidos por la compañía Cytos Biotechnology; en las que aplicaron éstas 72 personas hipertensas de entre 18 y 65 años, dividiendo la muestra en tres subgrupos, con distintas dosis de la droga. Logrando identificar y concluir, que a quienes recibieron la dosis más alta presentaron una merma significativa en su hipertensión: entre 9 y 4 milímetros menos. La vacuna también disminuyó el aumento de la presión en las primeras horas del día. Si tenemos en cuenta que la mayoría de los infartos y accidentes cerebro vasculares se producen en la mañana, fue un dato celebrado por los autores de la investigación. Como vemos, amén de estudios comprobatorios, las vacunas son tan beneficiosas como necesarias, tanto que la comunidad científica mundial se ha propuesto el desarrollo de nuevas vacunas de relevante importancia, en enfermedades muy circunscriptas al área tropical como el paludismo, la tuberculosis, dengue y el VIH SIDA, en lamentable franco aumento en Venezuela. Se estima que en tres años, la comunidad mundial contará con la vacuna del dengue y en aproximadamente treinta años, con la del VIH. A nivel mundial 30 vacunas están disponibles, exitosas y de demostrada efectividad. En Venezuela, sólo el 50% de ellas están presentes en nuestro sistema de salud.

Esta vacuna actúa creando anticuerpos contra la renina angiotensina II que, unida a ciertos receptores, es la encargada de la vasoconstricción de las arterias y, por ende, de elevar la tensión sanguínea. La protección de la vacuna -que se encuentra en plena etapa de investigación- sería de aproximadamente, cuatro meses. Pese a éstos resultados y a que se encuentra aún en estudio, ya ha conseguido detractores, fundamentalmente porque la hipertensión arterial tiene varios mecanismos que la producen. Uno de ellos es la activación por medio de la renina angiotensi-na II, de la vasoconstricción de las arterias; en tal sentido la vacuna bloquearía esta sustancia para que no sea activa. No obstante, existen otros mecanismos que también participan en el aumento de la tensión arterial: el sistema nervioso autónomo, la regulación de la sal por parte del riñón y otros procesos que también participan en la contracción de las arterias, y contra ellos la vacuna no hace nada.

Los mismos científicos que realizaron el estudio aclaran que todavía les queda mucho por investigar, especialmente, en lo que refiere a inhibir la acción de la angiotensi-na II, por tanto tiempo. Martin Bachmann, uno de los investigadores suizos declaró a la revista The Lancet: "Todavía no sabemos si es seguro inhibir la acción de la angiotensina por varios meses". Y el doctor Villamil explica el porqué: "Esta sustancia es esencial para la vida, tanto en la niñez como durante el embarazo, en caso de una hemorragia o bien de una deshidratación severa. Nadie sabe hasta qué punto un bloqueo demasiado intenso resultaría inocuo"

La vacunación debemos entenderla como una necesidad, no sólo de niños sino de adolescentes y adultos, por igual. Los laboratorios de todo el mundo, se preparan para recientes lanzamientos, alrededor de 25 vacunas están por salir al mercado, para adolescentes y adultos. Estas proponen nuevas técnicas de aplicación, nuevos procedimientos, tratando de evitar la inyección o ampolleta. Como sabemos cuando salió al mercado la vacuna para la H1N1 hubo muchas críticas en éste sentido, es por ello que los desarrollos actuales contemplan vía de administración nasal, además de la subcutánea e intramuscular.


Nuestra realidad más cercana
Para el 2005, El Consenso Nacional de Vacunación contemplaba a la población entre 19 a 49 años, de 50 a 64 años y de 65 años o más, en enfermedades como: la influenza, Hepatitis B, Hepatitis A, SRP (Sarampión, Rubeola, Paperas), Varicela o Lechina, Fiebre Amarilla, Meningococo A+C conjugada. Considerando un esquema completo de vacunación, cuando se han administrado todas las dosis y /o con sus respectivos esfuerzos, de acuerdo a su edad correspondiente.

Es recomendable estar atentos cuando vamos a viajar desde Venezuela a otros países, con relación a las vacunas exigidas para ingresar a muchos de ellos; ya que no nos es comúnmente comunicado, cuando obtenemos la visa o por algún otro organismo. Las vacunas de rutina exigidas son: La Difteria, Tétanos, Hepatitis B, Polio, MMR. Entre las selectivas, según el país a visitar: El Cólera, Hepatitis A, Encefalitis, Pneumococo, Rabia, BCG, Fiebre Amarilla. Y las exigidas normalmente por obligatorias son: La Fiebre Amarilla, en países como Brasil y Meningococo, en Arabia Saudita. Otorgo a nuestros lectores dos direcciones para consulta: http//www.svinfectologia.org/ ó http://www.vacuven.com.ve/.

Entre las vacunas en uso mundial no disponibles en Venezuela, están: VPH, Herpes Zoster, Ántrax, Encefalitis Japonesa, Tifus Endémico e Influenza Inhalada. Como dato final, curioso, el virus H1N1, recomendado para su inclusión en nuestro Sistema Nacional de Vacunación, contra la gripe de la temporada 2010-2011, es un virus pandémico H1N1 del 2009, y es el mismo virus de la vacuna, tal cual se utilizó en la vacuna monovalente H1N1 2009. Por su parte la vacuna anti Influenza general, se prevé a partir de 6 meses de edad para todas las edades, por criterio de la OMS, luego de la pandemia H1N1, en las embarazadas estaría indicada según el momento epidemiológico.

Para la actualidad, nuevas cepas se ha descubierto sobre la Influenza: la muy difundida, la del virus tipo A/California/7/2009 (H1N1), la del virus tipo A/Perth/2009 (H3N2) y la del virus tipo B/Brisbane/2008. Los programas de salud pública en Venezuela, contemplan criterios de inclusión y en muchos casos éstos llevan inmersos la escasez, para aceptar administrar una vacuna en nuestro país se debe comprobar: la mortalidad actual como consecuencia del virus, la potencia epidemiológica o pandemia, el impacto económico, la incidencia de regiones endémicas, la severidad de los síntomas y las secuelas de la enfermedad además de la inequidad en la que se reflejan desventajas económicas.
Como observamos son inexistentes las medidas de prevención o de tratamiento alternativo.

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